Friday, September 11, 2009

PORSCHE BOXTER

A la nube
Le falta
Un seno
Se perdió
En una cena
A la nube
Le hace falta
Porque los senadores
Se lo comieron


Dos bautismos en un día es todo un desafío, lo bueno que se celebraban en la misma comunidad y no en diferentes ciudades y el carro estaba nuevo y era convertible, de ingeniería alemana. Yo viajaba en el asiento del pasajero, el único asiento de pasajero porque sólo tenía dos plazas. Mi hermano conducía en alta velocidad pero se sentía como si el auto fuera a 30 millas por hora. Para el retén de policía era una velocidad más alta. No señalaron para que nos detuviéramos.

— A ver… bájate colega.

Me dijo el policía cuando se acercó a mi ventana. Abrí la puerta y me bajé y miré a los demás policías que, de la misma forma, me miraban. El que me dijo colega tomó mi lugar en el carro y cerró la puerta. Permaneció unos momentos sin decir nada, sólo miraba el interior del auto, y guardaba su silencio.

— ¡Qué chingón huele! Dijo finalmente.
— Sí oficial, lo compré hace unos días. Dijo el conductor.
— Simón, es olor a carro nuevo. Dice el chota para después bajarse del carro en silencio y alejarse.

Me subí al carro y nos fuimos, me quedé pensando en el olor a carro nuevo, ese olor que causa cáncer y que le gustó tanto al uniformado. Y el agua corría por en medio de la ciudad como si fuese un río, o muchos ríos, como si las calles fueran de agua y de repente pensé: que buen lugar para celebrar bautismos. Agua por doquier. Cuando estábamos por llegar al final, donde están los peñascos a un lado del mar, el carro se llenó de polvo. Y me di cuenta que todo el mundo también se convierte en polvo.

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